Friday 6 May 2011

On the road - Chelsea - Norberto

Esta carta de Javier:




Y tú en Chelsea...

No te creas, yo también pasé allí algunos meses, en casa de R. Hace ya algunos años, recién cumplidos los cuarenta y en medio de su mid-life crisis.

uy que literario, excusa, es la falta de costumbre (quién me mandará...)

Aquello (por llamar su vida de alguna manera) debía de pintar muy mal, por todo lo que luego al cabo del tiempo me enteré pero ya sabes como es el pudor asiático. 'Javier, you shouldn't ask that! But yes once I went to a naked yoga course for gay people in the South of France. It all went fine until, oh my god (sic) they were all doing it all together. I was a bit naughty but really I didn't participate'. Era el año 2005 (para seguir con el tono novelesco), él tenía cuarenta y alguno y una legión de amantes, entre ellos un joven medio mexicano medio argentino - pasión por el tango- de veintipico a quien se traía a veces a casa. Yo, no sé si por respeto o higiene espiritual me iba del piso las noches que venía el mancebo. Al día siguiente por lo general tenías a R echo mierda. Y no solo de las embestidas que 'por la virgencita mía' (así me lo contaba) le suplicaba una y otra vez el joven amante chingante sino que además, una vez consumados los hechos, le suplicaba por favor que le preparase algo de cenar. Esto le tocaba los cojones que ni te lo imaginas. Las noches que Octavio -así se llamaba la perlita- venía a casa eran las únicas noches que R se preocupaba por traer algo al frigorífico. Nunca recibí tal trato de favor, nuestra moneda de cambio era otra.

Entiendo lo que dices y no me extraña que te hayas puesto depresivo si a una pequeña nostalgia se le puede llamar así. Quejica. Ñoño. Puto Mimado. Maricón. Hijo de la abundancia. Lame huevos. Tienes a tu novia por ahí. Vé y pégale un viaje cuando te ataque la melancolía, sucio perro. No me malinterpretes que sabes que lo digo con cariño, si no no te lo diría. Además así ensucio un poco tu porquería de blog ese que tienes que si no va a acabar pareciendose a una de esas casas de Chelsea de las que tanto te quejas. Te entiendo brother, sí. Mis primeras dos semanas me las pasé sin apenas salir del piso de R. Cuando salía lo único que me entraba ganas era de robar un porsche de aquellos y estrellarlo contra la supuesta casa de David Bowie o coger a alguna de aquellas pijas y subirla al piso para sodomizarla. Ahora que lo recuerdo comencé a soñar de forma recurrente que violaba mujeres. Un poco fuerte, esto no lo subas. O haz lo que te salga de los cojones.

No jodas, llevaba 8 meses en el paro, había cumplido 27 y la mayoría de mis amigos ya estaban con curro, coche, chorba y -alguno- casa. Y yo en medio de aquel lujerío gastando cada libra a regañadientes, sin ganas de hacer nada, ni siquiera de leer que mira que sale barato. Me acostaba temprano y me levantaba tarde. Pasaba horas delante del ordenador y si al fin salía al Tesco a las 5 de la tarde para comprar un poco de pan o algo para la cena volvía peor de lo que salía. Te entiendo, pero no te acomodes demasiado en la pose Bukowsky que eso ya está demodé.

No te digo que te dediques a recitar vulgaridades a lo Paulo Coelho ni que te conviertas en tu Emotional Freedom -no te da vergüenza poner eso en Youtube?- pero un poco de optimismo no le hace daño a nadie (que te tenga que decir yo esto). Tienes razón con eso de que la libertad se escapa en cuanto le abres la puerta de la jaula al conejo, pero no deja de ser una pajilla mental. Si tienes dos semanas en Londres aprovecha y vete de rave o lo que quieras pero no te amargues que ya habrá tiempo.

Te dejo, esta carta me está cansando, ni que yo fuera tu padre, o un cura. Que te den por culo. Apáñatelas como puedas que para eso no te falta talento.

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